La teleología [del griego τέλος, fin(alidad), y λογος, que en este contexto se puede traducir como "tratado" o "saber"] es una rama de la filosofía que se encarga de buscar la causa final de las cosas. Las causas (αἰτία) fueron descritas por Aristóteles hace cerca de 2300 años; este filósofo, nacido en Estagira, consideraba que para conocer las cosas primero era necesario concebir el porqué, sus causas, y distinguía cuatro tipos de causas: la material (de lo que algo se genera; la silla: de madera), la formal (lo que da forma a la cosa, por lo que se define; análoga a la esencia), la eficiente (lo que genera el cambio de estado, el comienzo del movimiento; de un libro: un escritor) y la final (el propósito; hacer ejercicio: para estar en forma) La que nos interesa en este texto es la final, conocer el propósito o motivo.
Super Mario Bros es un juego de plataformas lanzado durante enero de 1985 para la consola NES (Nintendo Entertainment System). En este juego podemos elegir entre jugar con uno de los hermanos Mario, Mario o Luigi, ambos fontaneros.
El juego comienza con Mario (o Luigi, pero para simplificar siempre me referiré a Mario), de pie y mirando hacia el frente, en el primero de ocho mundos del Reino Champiñón (Mushroom Kingdom). A partir de allí sólo nos queda avanzar, no hay manera de retroceder. En ese avanzar a lo desconocido y no querer echar un vistazo hacia atrás, Mario se topará con un sinfín de obstáculos y enemigos. Y este es el momento en que uno piensa "¿por qué esta serie de hongos, tortugas, plantas carnívoras, peces voladores, pulpos, balas de cañón, precipicios y trampas se interponen en mi camino?" "¿Qué es lo que tienen tan bien defendido?". Tras superar algunos obstáculos del primer mundo, llegamos a un estandarte del reino y a un pequeño fuerte. Ahí está, eso es lo que sin duda defendían: un pequeño fuerte del Reino Champiñón lleno de fuegos artificiales.
Pero no, resulta que los fuegos artificiales no son motivo para que Mario arriesga su vida. El fuerte parece no ser más que un lugar de reposo para Mario, porque así como entra, sale.
Asimismo se podría pensar que Mario lo que busca son monedas, hongos, flores y estrellas, volviéndose un fontanero cualquiera, materialista empedernido, pero no es así porque cada ciento de monedas son cambiadas por una vida, los hongos lo hacen más grande, las flores le dan la habilidad del fuego y la estrella lo vuelve invulnerable, lo cual le permite continuar la faena.
La búsqueda continúa, encontrándonos siempre al principio de cada nivel con un Mario mirando al frente y al final con un pequeño fuerte que nos da la bienvenida. En el penúltimo nivel (tercero en orden) de cada mundo está situado, en lugar del pequeño fuerte, un enorme castillo, que será el último nivel (cuarto) del mundo.
Tras sobrevivir a los precipicios de lava, los obstáculos de fuego y los enemigos del castillo, Mario llega a un punto donde, para continuar, debe esquivar llamaradas provenientes del rey del castillo, Bowser (líder de los koopas, todas esas tortugas enemigas de Mario).
Una vez vencido este jefe, parece que al fin Mario ha triunfado, pero en lugar de ser premiado, es apremiado por Toad (habitante del Reino Champiñón con la cabeza en forma de seta) a que vaya en búsqueda de su princesa, que está en otro castillo.
No es sino hasta este momento en que se sabe que Mario lucha por su princesa, que su finalidad es rescatarla de Bowser, quien la ha raptado. Así continúa todo el juego, con Mario avanzando siempre hacia el frente, superando obstáculos, venciendo jefes, para, la mayoría de las veces, encontrarse con que su princesa se encuentra en otro castillo.
Pero al final, en el último castillo del último mundo, y tras vencer a Bowser equipado con martillos y todo
Mario encuentra lo que busca, a su amada princesa, quien le agradece el haberla salvado, lo tranquiliza diciéndole que su búsqueda (quest en inglés) ha terminado, pero que, con todo, le tiene una nueva.
Desde ese momento, Mario se verá inmerso en una eterna búsqueda teniendo como causa final, como telos (τέλος), a su amor, a la princesa Peach, que bien pudiera ser su Dulcinea: aspiración ideal, inalcanzable.
Consideraciones adicionales
¿Por qué un fontanero? Una respuesta que salta a la vista tras jugar el título es porque a lo largo de los mundos se hallan bastantes tuberías y ¿quién mejor para lidiar con tuberías que un fontanero? Pues Mario. Pero teniendo en cuenta la causa final y la imposibilidad de hacerse Mario con la princesa se pueden extraer diversas conclusiones, como que Mario en efecto es un Quijote, un jugador empedernido de videojuegos que se imagina todo ese aparato de monstruos y dificultades para rescatar a una princesa también imaginaria; o, algo más retorcido, que pese a ser Mario el más valiente, su condición económica y el estrato social en el que se encuentra ubicado, lo convierte a los ojos de la princesa en un amigo al que hay que tener cerca por protección, pero que nunca podrá aspirar a sus favores; también que, como Hesiodo escribe en su Teogonía, el amor ('Έρος) "que es entre los inmortales dioses bellísimo, que desata los miembros, y de todos los dioses y hombres domeña la mente y la voluntad prudente, en el pecho" (Hesiodo, Teogonía, v. 120-2), repito que el amor mueve a Mario como a todos los hombres y dioses y haría lo mismo una y otra vez con tal de volver a ver a su amada; finalmente cabe pensar en la enseñanza que deja el juego: es verdad que Mario se introduce en una búsqueda perpetua de su causa final, pero de esto se puede extraer la moraleja de que para conservar lo que se quiere (en este caso ver a la princesa) es necesaria una incansable búsqueda que implique sacrificio y esfuerzo, lo cual se puede aplicar a la filosofía: para encontrar la Verdad es necesario sacrificarse y arriesgarse (aventurando teorías, por ejemplo) en su búsqueda (aunque la Verdad no sea más que otra Peach, otra Dulcinea).
Enlaces y recursos de interés
Emulador de NES (virtuanes) y rom del Super Mario Bros.